La espantosa história de Flores Subterraneas

La espantosa historia de Flores Subterráneas (Parte I)




Fue en aquel desesperante invierno del año 1989, en el que Zani escribió La misa de los difuntos, y los pocos congregados en el living del departamento de Colmillo se estremecían y adoptaban sombríos semblantes, tímidas lágrimas horadaban las mejillas rosadas, apretabanse hasta el desfallecimiento los dientes manchados por la sangre de las vides... Y Zani a la guitarra, acompañado por los lóbregos teclados de Colmillo, desataba el corazón de la monstruosa presencia que anida en todos y que se ha dado en llamar Flores Subterráneas, en memoria del estribillo de aquel Réquiem, que rezaba perentorio... ...Flores subterráneas en el jardín de los muertos... Flores subterráneas en el jardín de los muertos...
A mediados del año 87' se había separado la banda en la que tocaba Zani, los Dirty Boys, banda psicobilly de Berisso que habían fundado Zani y Gustavo Castro en el año 84'; mientras Zani caminaba por las ruinas de sus pensamientos, los demás integrantes de la desmembrada banda comienzan un proyecto con un asiduo visitante de los ensayos de los Dirty Boys, Yagui Quinteros, que será llamado El Rescate. Colmillo, que venia de tocar en los también extintos Para acabar con el juicio de Dios, que era una interesante banda punk, procedente de una formación original que supo contar entre sus filas a Marcelo Pocavida y Carlitos "Sid" Casanova, llamada El final; y en la que compartió presentaciones con Fernando Arizaga, quien por aquel entonces estaba encargado de las líneas vocales de Para acabar con el juicio de dios, además de los mentores de estas orquestas, que eran Leo Barragán Y Rodrigo Cano; unido a Zani por la amistad y un morboso placer por sus tórridas canciones, influyo sobre éste para que buscaran algunos secuaces y construyeran una banda para poner aquellas canciones sobre un escenario y a la vista y escucha de todos, mas allá del sombrío living de la calle 59 entre 4 y 5...
De esta manera los encontró la insipiente década del 90, como un dúo sombrío que no trascendía las penumbras de aquel living. Las copas y la depresión les sumergían en mareas fluctuantes que les dejaban a la deriva, no permitiendoles consolidarse. Por aquel entonces, el carácter de este oscuro proyecto había llegado a oídos de unos jóvenes que comenzaban con su banda, llamada La mitad de nada, que contaba con Nicolás Colli en la guitarra y Diego Morales en el Bajo, quienes mas tarde serían parte de Neuronantes, junto a Juan Pablo Bochaton, y El Cosca en batería, quien actualmente ejecuta los parches en Norma!, estos, que valoraban las virtudes de los teclados, convocan a Colmillo para hacerse cargo de dicha tarea, quien se une a la banda, sin dejar de lado el proyecto gestado con Zani, al cual retorna sin mas demora; después de tocar un par de veces con La mitad de nada, Colmillo abandona la banda y regresa a las penumbras de lo que mas tarde llamaríase Flore Subterráneas.
Así, pasado un año de fermentación, el cuerpo estaba blando, pegajoso y perfumado, casi listo para salir de su fosa; Ariel Salinas, mas conocido como Plumero, un joven berissense que apenas empezaba a tocar el bajo a sus 17 años, y que por medio de conocidos mutuos habíase embriagado reiteradas veces con Zani y Colmillo, siendo seducido por las interpretaciones de estos en el living del departamento de calle 59, se unió a la banda en el atardecer del año 1990, y fue él el que sugirió que el monstruo que estaban gestando llevara el nombre que hoy lo identifica.
Los tiempos del living de Colmillo quedaron sepultados en el mundo en el cual yacen las cosas que son susceptibles de ser olvidadas, la entrada de Plumero en la banda llego junto con la mudanza de Colmillo a un nuevo departamento, allí ensayaron casi todo un año sin baterista, hasta que lograron que alguno entendiera lo que estaban haciendo, y aquel fue un tal Roberto, con el que el 20 de Octubre de 1991 ejecutaron sobre el escenario de Arenas, por primera vez, el repertorio funesto al que nos tendrán acostumbrados en cada ocasión en la que el monstruo reaparezca, sembrando la inquietud y la desazón en los corazones de los que aún creen estar vivos. Así ocurrió la primera presentación de Flores Subterráneas.